Más allá de Ucrania Un Conflicto Mundial se desarrolla entre telones. Oswaldo Espinoza Politólogo, docente e investigador universitario.

 


Más allá de Ucrania

Un Conflicto Mundial se desarrolla entre telones.

Oswaldo Espinoza

Politólogo, docente e investigador universitario.

 

Para Muchos analistas, incluyéndome, una confrontación militar, política y económica a gran escala se estaba configurando para alrededor de 2030; quien escribe en forma concreta llamaba a esto la cita de 2030, una cita a la estaban convocadas las grandes potencias y cuyo desenlace no solo definiría el destino del orden mundial, sino de la humanidad misma. Pues bien, al parecer EEUU ha decidido adelantar la cita, supongo que simplemente se sacó la cuenta de cómo estamos hoy frente a los rivales estratégicos y como estaremos en 2030, al final del cálculo creo que a  EEUU no le dieron los números y decidió tomar ventaja de su posicionamiento actual favorable (después de todo es USA quien tiene presencia en el entorno cercano y las fronteras de sus rivales y no al revés) para aumentar hasta el extremo la presión sobre Rusia y China hasta provocar la reacción inevitable de estos, consiguiendo a la vez que otros luchen y mueran por su hegemonía, y además alinear a todo el occidente colectivo y al sistema internacional político y económico creado a su imagen y semejanza.

Ucrania, el escenario de un conflicto entre Rusia y el occidente colectivo.

Desde la caída de la URSS, EEUU contraviniendo a su palabra formal, y aprovechando su condición temporal como única súper potencia, se dedicó no solo a conservar a la OTAN (que dados sus objetivos, debió desaparecer con la caída de la URSS),  sino que además se propuso extender la alianza hacia el este acercándose cada vez más a las fronteras rusas, absorbiendo a los países del antiguo pacto de Varsovia y luego a las repúblicas escindidas de la Unión Soviética, estrechando de esta forma el bucle de la anaconda desde el lado occidental (correspondiendo a Japón y la flota estadounidense hacerlo en el lejano oriente ruso); el mayor logro para los EEUU fue conseguir el cambio político en Ucrania a través del Maidán en 2014, convirtiendo a esta ex república soviética en el ariete principal en la política de hostigamiento a Rusia; un acercamiento tan agresivo en sus puertas provocó el comienzo de la reacción de una Rusia Resurgente, que reunifico Crimea y con ella aseguro su posición estratégica en el Mar Negro; desde ese momento, USA ha continuado intentando volver en contra de Rusia a sus vecinos más cercanos, esos mismos que constituyen el área de seguridad estratégica mínima de Moscú, movimientos contra los cuales los rusos reaccionaron, sobre todo en los casos más recientes de Bielorrusia y Kazajistán; sin embargo Ucrania seguía siendo el recurso occidental fundamental en su estrategia anti rusa, no solo por su complicidad absoluta en la guerra civil de Kiev contra las autoproclamas repúblicas independientes de la zona de Donbás, un conflicto que la Ucrania oficial dejó claro que no pensaba resolver por la vía pacífica y que cobro miles de víctimas entre la población mayoritariamente rusa de la región, el occidente colectivo no solo apoyo a Kiev con su silencio cómplice en la guerra civil, también lo hizo con flujo constante y cada vez mayor de instructores militares, armas y equipos.

Las gotas que derramaron el vaso de la paciencia rusa, que hizo un último intento diplomático solicitando garantías de seguridad a la OTAN y EEUU que ellos rechazaron con un desplante, fue las que cruzaron las líneas rojas claramente trazadas por Putin, con la manifiesta intención de la inclusión de Ucrania a la OTAN, con el consecuente emplazamiento de lanzadores de misiles con un tiempo de vuelo de solo 5 minutos a Moscú; por si fuera poco el Presidente de Ucrania anuncio su intención de retomar las armas nucleares, y además la inteligencia rusa descubrió la preparación de parte de Kiev de una ofensiva a gran escala contra Donbás con el apoyo extraoficial de occidente. Esta combinación de factores hizo inevitable la reacción del oso ruso ya de por si acorralado justo en la puerta de cueva.

La consecuencia de este desarrollo de los acontecimientos es la operación militar de Rusia para desmilitarizar y desnazificar Ucrania, además de proteger a la población rusa del Donbás recientemente reconocidas por Rusia; no obstante tanto Rusos como occidentales entienden que esta no es una guerra local entre la Gran Rusia (La Federación Rusa) y la Pequeña Rusia (Ucrania), que junto con la Rusia Blanca (Bielorrusia), constituyen la amplia región en la que habita la mayoría de la población que puede considerarse propiamente rusa (tenga en cuenta que Rusia en si es un país multicultural que reúne diversas naciones), de hecho Ucrania es hoy por hoy el escenario de una confrontación hibrida entre Rusia y el occidente colectivo; los rusos (analistas y medios) ya hablan directamente del inicio de la tercera guerra mundial, una guerra multidimensional y a gran escala en la que está en juego la supervivencia misma de Rusia como república independiente y soberana, también tienen la suficiente claridad para manifestar, en una entrevista reciente al Canciller Lavrov, que este conflicto debería acabar con la hegemonía estadounidenses y sus aliados del occidente colectivo. Este conflicto está en pleno desarrollo y escalando peligrosamente con la intervención cada vez más descarada de la OTAN y la UE que ya manifestó que la solución no era pacífica y está incrementando exponencialmente su apoyo armamentístico a Ucrania; lo más terrible de todo es que este no es el único conflicto en marcha en el tablero mundial.

Taiwán, un instrumento para contener a China.

Los chinos son reconocidos por su paciencia y prudencia, las cuales además constituyen marcas históricas en su milenaria historia y tradición diplomática pero si una confrontación se hace inevitable porque está en juego el futuro de la nación, su integridad territorial y la vida misma de su pueblo, los chinos se convierten en una nación guerrera tan temible como Rusia, solo hace falta que se crucen ciertas líneas rojas que en la época actual han sido trazadas por China y por el Presidente Xi, siendo la principal el principio de una sola China que implica la reunificación de Taiwán tarde o temprano y por cualquier vía. EEUU sabe perfectamente el significado de Taiwán para China y en consecuencia su potencial para el hostigamiento y la contención del dragón, por esa razón cuando finalmente reconoció el principio de una sola China con el gobierno de China continental como su representante oficial, también estableció su política de ambigüedad estratégica para mantener su apoyo a Taiwán; con el ascenso meteórico de China como una súper potencia y la primera que realmente puede desafiar la hegemonía estadounidense en todos los terrenos, incluso aún más de lo que alguna vez llegó a ser la URSS, los EEUU ante esa realidad innegable hicieron su pívot a Asia y desarrollaron la política de contención de China, la cual esperan conseguir con el apoyo de sus aliados vasallos de ese lado del mundo encabezados por Japón y los hermanos de la anglo esfera Reino Unido, Australia y Nueva Zelanda, reunidos en diferentes fórmulas (AUKUS, QUAD, 5 Ojos) que juegan el papel de la OTAN en el Asia Pacifico, si también está la India pero de eso trataremos más adelante, lo importante es que la pieza clave para la contención de China es precisamente Taiwán.

Los chinos también entienden perfectamente y mejor que nadie lo que representa la reunificación con Taiwán, no es solo la reivindicación histórica y nacionalista de la integridad territorial de China, no son únicamente las razones históricas lo que hace que los chinos otorguen la máxima importancia a la reunificación, se trata hoy por hoy de la llave para la consolidación de China como la primera potencia mundial, reunificar Taiwán significa romper el cerco de la primera cadena de islas y abrir de par en par las puertas del gran océano pacifico para la milenaria nación, representa la garantía de suministros y comercio vitales sin las alcabalas actuales que impone el cerco de esa primera cadena de islas, abre la autopista oceánica definitiva para el cinturón y la ruta, otorga a la poderosa flota china paso libre al océano y extiende aún más la zona de negación de acceso de área que protege por aire y mar a la China continental. En mi opinión la reunificación de Taiwán con China marcará el fin definitivo del viejo orden y establecimiento del nuevo, y tiene además el potencial de señalar el inicio de una era completamente nueva en la historia humana, no lo afirmo, pero sin lugar a dudas tiene ese potencial.

Recientemente los EEUU se han acercado cada vez más peligrosamente a las líneas rojas de China, no solo hostigando peligrosamente al dragón oriental, también poniendo en entredicho su posición oficial de ambigüedad estratégica, pues si bien es cierto que formalmente siguen reconociendo a la China continental como el único representante de la nación, cada vez se acercan más a lo que podría interpretarse como un reconocimiento extra oficial de la independencia de Taiwán, y no solo se trata de los históricos lazos comerciales, sino de un reconocimiento político y apoyo militar cada vez más abierto y descarado, dos elementos siempre presentes pero ocultos y no reconocidos hasta ahora, hoy por hoy, y aún más ahora durante el conflicto en Ucrania, los políticos estadounidenses y del occidente colectivo realizan visitas cuasi oficiales a la isla, se firman enormes contratos de suministros de armas no exclusivamente defensivas, y además se reconoce con total desparpajo la presencia de fuerzas especiales de USA como entrenadores de las fuerzas armadas de la isla, además no cesan y por el contrario se incrementan los despliegues aéreos y navales de EEUU y Japón, además de los otros socios europeos o asiáticos. EEUU roza tan temerariamente la línea roja principal, bombeando armas a Taiwán y promoviendo que algunos de sus vasallos reconozcan diplomáticamente a una nación que ellos mismos no reconocen en forma oficial, que todo indica que busca provocar y hacer inevitable la reacción del dragón chino, tal cual hizo con el oso ruso, bastaría con que EEUU reconozca la independencia de Taiwán (poco probable desde mi punto de vista pero si están decididos al conflicto todo puede ser), o que China termine de entender que la ambigüedad estratégica de USA ya no es tal y que está más que claro que los estadounidenses, con sus acciones, reconocen de facto dicha independencia y por lo tanto la violación del principio de una sola China. En definitiva este ya es un conflicto tibio que puede volverse caliente en cualquier momento y en consecuencia, al igual que en Ucrania, este sería (ya lo es de hecho) un nuevo escenario para la confrontación de EEUU y el occidente colectivo más sus aliados asiáticos, esta vez contra China.

El dilema de la India, entre el vasallaje en una hegemonía decadente y la participación protagónica en la construcción de un nuevo orden.

La India siempre ha mantenido una política de equilibrio estratégico que consiste en no alinearse abiertamente con ninguna súper potencia, una posición hasta ahora respetada por todos y que ha servido al País para su crecimiento como una de las potencias regionales más importantes de Asia y del mundo, está en el top five en poder militar (4to según el GFP) y de seguro entra al top ten del ranking económico mundial; el equilibrio estratégico le permite formar parte del BRICS y la OCS en donde comparte membresía con Rusia y China, es cliente histórico de la industria militar rusa y socio estratégico de la potencia euroasiática; de igual forma gracias a ese mismo principio de equilibrio, y por los diferendos territoriales con China, y el temor que le genera su enorme crecimiento y su cercanía a Pakistán, la India también forma parte del QUAD, y cada vez compra más productos del complejo militar industrial de occidente. El principio de equilibrio estratégico ha funcionado muy bien para la India hasta ahora, el problema para ellos es que en el marco de la agresiva política exterior dicotómica de EEUU o estas abierta y totalmente con ellos o considerarán que estas contra ellos, y eso plantea un dilema para la India.

El dilema fundamental para la India lo plantea EEUU al colocar, literalmente, a todo el mundo a decidir un lado, o mejor dicho su lado, de lo contrario considerará a cualquiera que no se alinee como enemigo, una política que en el marco del conflicto en Ucrania se ha vuelto aún más agresiva y hasta enfermiza, si compras armas rusas serás sancionado, si compras productos energéticos rusos serás sancionado, sino no te alineas en la condena y sanciones anti rusas serás considerado amigo de Rusia y por lo tanto un enemigo contra el que cualquier medida estará justificada, para un  país como India cuyas fuerzas armadas cuentan con más del 60% de equipos rusos, cuyos productos militares de “producción nacional” están vinculados con empresas rusas, que tiene a Rusia como proveedor de materias primas y productos energéticos, y que convive con Rusia en mecanismos como el BRICS y la OCS, la exigencia de alejarse y casi que romper con Rusia como condición para llamarse aliado de EEUU resulta en un dilema vital, además la amenaza de sanciones terribles por comprar los S-400 rusos no ayuda para nada a la posición de la India. Por otro lado los indios saben perfectamente cómo entiende USA las alianzas, no como un acuerdo entre pares donde alguna de las partes asume el liderazgo, sino como una relación vertical de vasallaje sumiso a los dictámenes del único poder real en la “alianza”, por supuesto los propios Estados Unidos.

Desde mi perspectiva, el mundo debería estar pendiente de este dilema indio, que en el fondo no es entre condenar a Rusia  o no, sino entre convertirse en un vasallo más de EEUU y el occidente colectivo en el marco de una hegemonía occidental decadente, para quienes los indios nunca serán vistos como sus iguales, o formar parte del proceso de construcción de un nuevo orden multipolar y pluricéntrico donde la India está llamada a jugar un papel protagónico, quizás no como una súper potencia pero si como una poderosa potencia regional en la región más importante del poder mundial como lo es y será Asia, créanme cuando les digo que de la decisión de la India ante este dilema dependerán muchas cosas en el futuro cercano.

Cuidado, no olvidemos Asia Occidental.

Las cosas parecieran nunca calmarse realmente en esta atribulada región del mundo que alberga las tierras santas de las religiones monoteístas más grandes del mundo; allí hay conflictos calientes con victimas diarias y actores estatales y para estatales en combate permanente, hay guerra en Siria, Irak, Yemen, y la lucha entre el apartheid israelí y la resistencia del pueblo palestino, en todos estos conflictos participan directa o indirectamente potencias mundiales y regionales, de alguna manera, también son escenarios de un conflicto mundial más grande que sirven para que se enfrenten, EEUU, Israel y sus aliados europeos y árabes contra Rusia, Irán y hasta la propia China, cualquiera de estos escenarios puede escalar tan rápidamente que sorprendería a muchos; hoy por hoy Israel está atacando algunas Mezquitas y la resistencia palestina responde con cohetes contra los asentamientos ilegales israelíes, las defensas aéreas de Siria siguen interceptando misiles lanzados contra su territorio por aviones de Israel, Turquía lanza una ofensiva contra los Kurdos del norte de Iraq. Israel amenaza con tomar medidas para evitar la nuclearización de Irán, y los que recuerdan en que derivaron dichas amenazas contra Iraq, saben lo que significan; en fin, a primera vista en esta región hay una serie de conflictos locales, de seguro así lo ve la mayoría, pero si la vemos desde una perspectiva más amplia y consideramos los actores e intereses involucrados, podremos ver que son distintos escenarios de un conflicto mundial en proceso.

A manera de Conclusión.

No sé si sea prudente hablar del inicio de la tercera guerra mundial, y en lo personal le pido a todos los dioses que nos guarden de semejante conflagración, pero sin lugar a dudas que los movimientos en el tablero mundial obligan a ampliar la lente y dejar de ver las zonas de conflictos latentes o en desarrollo como hechos aislados y localizados, y comenzar a comprender que estamos ante un conflicto mundial híbrido, tercerizado y multidimensional que nos involucra a todos y tiene que ver con el destino de todos; un conflicto mundial gestado, planeado y precipitado por las elites que gobiernan en el estado profundo de las grandes potencias occidentales encabezadas por Estados Unidos que ven colapsar su hegemonía y que estiman que su mayor esperanza para sostenerse está en la guerra, una guerra diseñada a la medida de EEUU, lejos de su territorio a las puertas de sus enemigos y con terceros peleando por sus intereses y poniendo los muertos, heridos y victimas en general, mientras la población estadounidense lo observa todo a través del relato de sus medios y desde la seguridad (ilusoria) del otro lado del océano; por ahora se trata de este conflicto mundial entre telones que vivimos en vivo y directo en distintos escenarios, y que esperemos no escale hasta el punto en que nadie en el planeta se considere seguro sin importar cuantos mares u océanos los rodeen.


Pltgo. MSc. Oswaldo Espinoza.

Docente/investigador UBV-CEPEC.

Especialización en Epistemologías del Sur de Universidad Sur-Sur (CLACSO/CES/FLACSO).

Administrador de los blogs: https://tableroordenmundial.blogspot.com/ y https://descolonizarlaeducacion.blogspot.com/

Colaborador como analista para: Mundo.sputniknews.com, Alainet.org, Otrasvoceseneducación.org, Analéctica.org, Aporrea.org, Rebelión.org, Barometrolatinoamericano.blogspot.


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