Cuarentena, xenofobia y política, peligros ante el Covib-19. Prof. Karlos Davila
Cuarentena,
xenofobia y política, peligros ante el Covib-19
Prof. Karlos
Davila
Con
el fin del 2019, nos llegó una enfermedad nueva, mismos problemas que toda
enfermedad desconocida, como es posible comprender la enfermedad, tomo a la
comunidad sanitaria sin protocolos de atención que permitan evitar que se
convierta en un problema para la estabilidad de los sistemas de salud de los
países, sin distinguir el nivel económico o su ubicación dentro de la escala
occidental de clasificación en la que estos se encuentren, es importante
resaltar sin embargo, que el brote inicial ocurrió en la República Popular
China, en una provincia de carácter y desarrollo industrial centrado en su
capital Wuhan.
Hasta este punto nada más
extraordinario que la aparición propia de un nuevo virus, que obligo a correr
en el proceso de aprendizaje, para garantizar fortalecer la atención sanitaria
y hospitalaria que se estaba prestando en los lugares afectados, que durante
semanas se centraron en la ciudad de Wuhan, creciendo por la falta de
preparación y conocimiento el nivel de afectación y diseminación de la
enfermedad entre los pobladores, con la
inevitable e ineludible aparición de la muerte, por la afección de tipo
respiratorio que propicia la afección, aparecieron los primeros criterios
xenófobos en otras latitudes sobre la enfermedad, su origen, y su capacidad
para ser considerada grave.
Se multiplico como el CO2
mientras respiramos el criterio xenófobo sobre la enfermedad, primero su origen
de mutación, pasando de animales a humanos por costumbres “inadecuadas,
insalubres y/o atrasadas de consumo de especies nativas”, prácticas que
demuestran el “atraso inherente al modelo sociopolítico del país”. Después de
que la RPC tomara el control de las acciones, para pasar de la pasividad y
reactividad a la actividad contra la enfermedad, retomar el control de la
propagación de la infección que permitiera disminuir el posible impacto a largo
plazo para el país, su economía y su sociedad, surgen los criterios de la falta
de libertad, entre otros argumentos para minimisar el éxito alcanzado en pocas
semanas contra la enfermedad.
Seguidamente, ocurrió lo ineludible,
inicia la diseminación de la enfermedad en otros países, a razón de la común
movilización a gran escala de la que goza nuestro planeta globalizado, con el
llegan los nuevos criterios de xenofobia, el virus comienza a ser llamado
intempestivamente como virus de Wuhan, o simplemente virus chino, solo para
querer ocultar la realidad, y es que la llegada de la enfermedad a otros territorios
se debe a la falta de medidas de control sanitario, que se espera todos traten de tomar, al entender que el virus es
nuevo, no se conoce su poder de infección a totalidad, se debe entender, ya que
los protocolos comunes no funcionan, y las medidas simples de chequeo de
pasaporte no evitaran que se propague la enfermedad.
Pero todavía ahora existe otro
criterio xenófobo, culpamos a los viajantes o transeúntes entre países de la
propagación como si de ellos fuera la culpa de estar enfermos o infectados, como
si la persona se contagiara a propósito, para propagar la enfermedad, si viene
de X país, con número significativo de casos, se le quiere mirar, por algunos,
como el portador del símbolo del demonio, el anunciante del fin de los tiempos
o uno de los de los 4 jinetes del Apocalipsis que trae las pestes profetizadas,
a la cual parece que muchos temen, no por la muerte y la destrucción, sino por
los pecados propios cometidos al juzgar y culpar a los demás de algo en los que
todo debemos ser responsables y participes, al tener y existir ya suficiente difusión, que es una Enfermedad Nueva,
con Alto Nivel de Contagio y propagación, donde muchos pueden ser portadores
asintomáticos, y que la mejor medida es el distanciamiento social y la
cuarentena para romper y cortar la cadena de trasmisión.
A todo lo mencionado, no se puede suprimir
la capacidad que muchos tienen para preocuparse primero por la disminución de
las ganancias en vez del alcance en cuanto a personas afectadas y/o muertas
como resultado de la propagación a nivel global de una enfermedad catalogada
por esta razón de pandemia, el dinero es superior en importancia para muchos,
que los decesos de unos cuantos adultos mayores o enfermos críticos que no
puedan sobrevivir al virus, como si también fuera un pecado el vivir más de 60 años,
o el tener algún problema de salud. Si
dejamos que nos gobierne el interés del dinero por sobre el interés de lo
común, lo social, lo Humano, tendremos que enfrentarnos a una realidad que se
puede parecer a lo escrito por Saramago así”… Habrá un gobierno, dijo el primer
ciego, No lo creo, pero, en caso de que lo haya, será un gobierno de ciegos gobernando
a ciegos, es decir, la nada pretendiendo organizar a la nada…1
Karlos Dávila
1 José Saramago “Ensayo sobre la Ceguera”
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