Bolivia: La Demodiversidad Nuestro Americana ante su mayor desafío (Actualización pre-electoral) Pltgo. Oswaldo Espinoza.
Bolivia: La Demodiversidad Nuestro Americana ante su mayor desafío
(Actualización pre-electoral)
Pltgo. Oswaldo Espinoza.
Aumentar la intensidad de la democracia constituye uno de los desafíos
primordiales en el marco de las Epistemologías del Sur, y se refiere
básicamente a superar la concepción de la democracia representativa como única
forma valida de democracia en el mundo, basándose en su extensión y práctica
“universal” en todo el globo, y sobre todo como modelo comprobado en las
naciones del norte global; No se trata aquí de descalificar la democracia
representativa como forma democrática, sino de entender que, en términos
sencillos, se queda corta o con muy baja intensidad, en tanto no garantiza una
mayor y mejor participación ciudadana y comunitaria en los procesos de toma de
decisiones. Una forma de aumentar la intensidad de la democracia en el siglo
XXI es reconocer, aceptar, asumir y poner en ejercicio otras formas de
democracia que complementen, en igualdad de jerarquía, a la democracia
representativa; esas formas otras son la democracia participativa o directa y
la democracia comunitaria, protagónica e intercultural.
La experiencia de los gobiernos progresistas de América Latina,
entiéndase, la Bolivia de Evo, el Ecuador de Correa y la Venezuela Bolivariana,
sin olvidar las reconocidas prácticas participativas en Brasil, se han
constituido en auténticos laboratorios socio políticos del incremento de
intensidad de la democracia; así en Venezuela la Constitución establece la
Democracia Participativa y Protagónica como sistema de gobierno en
complementariedad con la democracia representativa, seguidamente para impulsar
las transformaciones necesarias para su implementación, se crean una serie de
leyes del llamado poder popular, como una forma de garantizar la organización y
participación protagónica del pueblo a partir de los principios de
corresponsabilidad y cogobierno.
En el caso boliviano, se apuesta por una Democracia Intercultural en
sintonía con la asunción de su identidad como Estado Plurinacional; en esta
maravillosa experiencia de Bolivia, se encuentran tres formas de democracia con
rango constitucional en igualdad de jerarquías, a saber, la democracia
representativa, a través de la cual los ciudadanos eligen sus representantes en
el poder constituido por medio del sufragio universal; la democracia
participativa, que incorpora una serie de mecanismos de participación más
directa en la toma de decisiones que van desde el referéndum hasta las
iniciativas legislativas, incluyendo la posibilidad de revocar el mandato
otorgado a los representantes en el ejercicio de la forma democrática anterior;
y finalmente el mayor aporte democrático boliviano tiene que ver con la
Democracia Comunitaria como forma de autodeterminación y autogobierno de las
comunidades originarias y campesinas a partir de sus prácticas culturales
identitarias. Sin lugar a dudas que a partir de las experiencias democráticas
referidas es posible afirmar que en Latino américa, en este ciclo
progresista, se ha avanzado en forma notable en la construcción de la demodiversidad
del siglo XXI.
Si bien cada caso nacional requiere su propio análisis para determinar
sus alcances, es importante destacar la experiencia boliviana de Democracia
Intercultural en ejercicio, y muy especialmente la Democracia Comunitaria como
forma de autogobierno de las comunidades indígenas y campesinas, experiencia de
la cual debemos aprender si pretendemos ampliar el canon democrático en el
mundo, y un espejo desde el cual estudiar nuestra propia experiencia venezolana
del poder popular y gobierno comunal.
En primer lugar, hay que reconocer como una forma otra de democracia a
la democracia comunitaria boliviana por sus prácticas, la democracia Aymara de
las tierras altas bolivianas, no solo representa una forma otra democrática,
sino que se enfrenta y desafía las concepciones preconcebidas del ejercicio
político occidental impuesto en forma hegemónica por el norte global; frente a
la acción política individual la experiencia boliviana, se concibe como esencialmente
colectiva, asamblearia; contra la imposición de una mayoría persigue el
consenso a través del dialogo y el debate; en lugar de concebir la autoridad
como privilegio de mando para unos elegidos, la asume como responsabilidad
rotatoria y como un servicio para el colectivo; su práctica del ejercicio de
las responsabilidades en parejas (hombre y mujer) supera el marcado
patriarcalismo norte céntrico en el que la mujer debe luchar para ganarse un
lugar. Esta aparentemente innovadora forma democrática, aunque en realidad con
profundas raíces ancestrales, representa una experiencia a seguir en
momentos donde el Estado y la Democracia y las formas de ejercicio político
individual establecidas en el norte global, así como en la periferia y semiperiferia
parecen haber entrado en crisis y requieren, lo que el profesor Boaventura
llama, la reinvención de la democracia, en una demodiversidad de alta
intensidad y del Estado en un novísimo movimiento social; además la Democracia
Comunitaria finalmente derrumba el principio canónico de la inviolable
vinculación entre democracia y partidos, por cuanto en ella no tienen cabida
los partidos que por el contrario se ven con desconfianza.
La construcción de la demodiversidad del siglo XXI, tomando en cuenta la
experiencia boliviana, plantea las oportunidades de conocer, estudiar, aprender
y dialogar con el hacer de la Democracia Intercultural como experiencia, sobre
todo con la Democracia Comunitaria y sus características que rompen y se
enfrentan con las prácticas hegemónicas de la democracia de baja intensidad.
Finalmente también nos presenta una serie de desafíos, sobre todo a los
venezolanos, pues no solo se trata de aceptar que existen otras formas de
democracias y consagrar su reconocimiento en la constitución y las leyes; se
trata sobre todo de asumir el ejercicio de esas formas otras de democracia y
entender que no son formas menores, locales y menos importantes de ejercicio
democrático; por otra parte el mayor desafío es entender que la democracia
directa y comunitaria requiere de autonomía por lo que no se puede pretender
tutelarla desde el poder constituido y/o el partido de gobierno, pues en ese
caso no se puede hablar de un autentico poder popular.
Hoy en día la experiencia demodiversa de Bolivia se enfrenta a su mayor
desafío, la interrupción del orden constitucional a través del golpe fascista
multinacional contra Evo y todas las autoridades legítimas de la hermana
Bolivia, y la instauración de un régimen de facto, que no solo justificó
el terrorismo aplicado sino que le dio continuidad al mismo, colocan hoy en
peligro extremo la demodiversidad boliviana; es cierto que está en marcha un
proceso electoral en el que el MAS se mantiene como la primera fuerza política
del país, pero la inhabilitación y persecución de los principales líderes
políticos, incluyendo a Evo Morales, la enorme injerencia extranjera e
imperial, así como, la devastadora campaña de descredito y odio desatada contra
el Movimiento al Socialismo, y más aún contra los pueblos originarios, hace
dudar sobre la transparencia de un proceso electoral tutelado por la OEA,
generando a la par una preocupación más que justificada por el respeto de las
prácticas democráticas de las comunidades andinas, su deconstrucción y
sustitución por el modelo liberal burgués es una posibilidad terrible; así los
intereses del colectivo que guían a la asamblea pueden ser reemplazados por
intereses de grupo o de partidos, las decisiones por consenso por la dictadura
de la mayoría simple, y el ejercicio del poder como servicio por mandato de la
comunidad, cambiarse por la concepción del poder como dominio de unos pocos
sobre los otros. Ante esta situación solo podemos confiar en la voluntad de un
pueblo, que se apropió de un proyecto de país y que decidió liberarse de una
vez y para siempre de la sumisión y explotación colonial, para defender un
proceso que representa un digno ejemplo de demodiversidad que se debe convertir
en referencia para todos los pueblos de nuestra América y del Sur Global.
Actualización Pre-electoral 16/10/2020.
La primera vez que este artículo fue publicado en América Latina en
Movimiento, el golpe contra Evo estaba muy fresco en la memoria, y aún ardía
con fuerza en la piel de los bolivianos perseguidos y reprimidos por el gobierno
de facto de Añez, especialmente los miembros de los pueblos originarios
militantes del MAS; tampoco había tenido tiempo Yanine y su combo de destruir
los avances en materia social, política y económica logrados en los años de
gobierno de Morales, tampoco había pandemia agravada por la respuesta de la
receta neoliberal que tanto daño ha hecho a los pueblos del mundo; ahora ya ha
transcurrido casi un año, periodo que representa un tiempo extra en el que la
autoproclamada, aprovechando la llegada de la pandemia y los continuos
aplazamientos de las elecciones, llegó a ilusionarse, y luego a desilusionarse
con el sueño de perpetuar su presidencia ilegitima; lo que sí pudo hacer en su
temporalidad extendida fue retrogradar al estado plurinacional de Bolivia a sus
horas más oscuras de retraso, exclusión, represión, pobreza, así como, la
persecución de los pueblos originarios, de los sectores progresistas, del
orgullo de la identidad plurinacional, de los logros en materia económica, de
integración regional, y sobre todo de la inclusión y la justicia social y
política sobre la base de la prácticas participativas y comunitarias de la
ancestral y contemporánea democracia y la demodiversidad de nuestra América.
Esta actualización se escribe horas antes de las elecciones
presidenciales en Bolivia, en un escenario que ve enfrentadas dos voluntades,
por un lado, las tretas de la derecha fascista boliviana, con la complicidad
imperial, y de la coalición internacional neoliberal, que Chomsky llama la
internacional reaccionaria, encabezada por el departamento de estado de EEUU, y
de la que forman parte la OEA y el grupo de Lima, todos ellos empeñados en
mantener, por cualquier medio, a un gobierno derechista alineado con los
intereses de Estados Unidos y el Norte global, y por otra parte la voluntad del
pueblo boliviano por reivindicar su decisión histórica y soberana de construir
un estado más justo y más humano, un pueblo que ya demostró lo que se puede
lograr con inclusión, reconocimiento y participación, en el marco de un proceso
independiente sobre el principio de la autodeterminación, a partir de la
cosmovisión de los ancestros, reinterpretados para demostrar que el vivir bien
para todos es alcanzable en otro mundo posible. Por un lado las fuerzas de la
derecha harán lo posible por manipular los resultados electorales para
mantenerse en el poder, forzando, en el mejor de los casos una segunda vuelta,
y en el peor de los escenarios, reeditar el golpe con cualquier excusa; la única
forma de evitarlo es una participación masiva del pueblo para conseguir una
ventaja tan abrumadora que resulte imposible para la derecha desconocer la
voluntad popular sin dejar en evidencia su verdadera perversidad ante el mundo,
al perpetrar un nuevo golpe, esta vez no contra un gobierno, sino contra la
voluntad popular en elecciones, de igual forma, es necesario un proceso de
vigilancia y defensa del voto, tanto en Bolivia, como en toda nuestra América.
El gobierno de EEUU ha declarado que está dispuesto a trabajar con Arce
si resultará ganador, lo cual puede tener varias interpretaciones, por una
parte, puede significar que en sus evaluaciones está claro que la voluntad del
pueblo boliviano vencerá en el proceso y no quedará más remedio que
reconocerlo, al menos de momento; sin embargo, y lamentablemente más probable,
es que el departamento de estado está convencido que independientemente de la
voluntad soberana de los bolivianos, los planes imperiales harán imposible que
los resultados reflejan la realidad de un triunfo de Arce, por lo que estaría
declarando sobre un supuesto negado, es decir, declarar que reconocerían el
triunfo de alguien a quien ellos mismo no le van a permitir ganar, aunque
resulte favorecido por el voto popular; otra posibilidad es que ante el primer
escenario, de un triunfo del MAS imposible de evitar, los estadounidenses
aspiren provocar una traición cobarde y descarada como la de Moreno en Ecuador,
o al menos conseguir un gobierno progresista titubeante y chantajeado como
aparentemente están consiguiendo en Argentina, en cualquier caso, va a depender
del pueblo soberano de Bolivia y la solidaridad nuestroamericana defender el
mejor ejemplo de un proceso progresista en nuestra región, que además
constituye la mejor referencia de experiencias demodiversas en el mundo. El
desafío que este fin de semana enfrentan nuestros hermanos bolivianos, debe ser
asumido por todos los hijos de la Patria Grande como vital para el futuro de
otro mundo posible.
Referencias:
Exeni, José Luis (2017), "Demodiversidad plurinacional en
ejercicio", in Santos, Boaventura de Sousa; Mendes, José Manuel
(eds.), Democracia posabismal: imaginando nuevas posibilidades
democráticas. Madrid: Akal.
Santos, Boaventura de Sousa (2010a), “La Refundación del Estado y los
Falsos Positivos”, in Refundación del Estado en América Latina. La
Paz: Plural Editores y Cesu- UMSS. (Cap. 6: "La refundación del Estado y
los falsos positivos", pp. 71-125.)
Autor:
Pltgo. MSc. Oswaldo Espinoza.
Docente/investigador UBV-CEPEC. Investigador
asociado del CIM.
Participante de la Especialización en Epistemologías
del Sur de CLACSO.
Administrador de los blogs:
https://tableroordenmundial.blogspot.com/ y https://descolonizarlaeducacion.blogspot.com/
Colaborador como analista para:
Mundo.sputniknews.com, Alainet.org, Otrasvoceseneducación.org, Analéctica.org,
Aporrea.org, Rebelión.org, Barometrolatinoamericano.blogspot, Cubadebate y
Cubainformación.
Comentarios
Publicar un comentario