Biden Vs Trump, Alíen Vs Predator. Pltgo. Oswaldo Espinoza.
Biden Vs Trump, Alíen Vs Predator.
Pltgo. Oswaldo
Espinoza.
Alíen y Predator son dos clásicos
del género de la ciencia ficción que tratan sobre dos especies alienígenas frente
a las cuales el ser humano no tiene ninguna posibilidad real de vencer,
aspirando únicamente a sobrevivir apenas, y esto solo se logra a través de
grandes hazañas y sacrificios, constituyendo todo ello la base argumentativa de
los guiones filmográficos; si bien la naturaleza y los métodos difieren
diametralmente entre ambos, lo cual los lleva a la confrontación inevitable,
que se traduce en la serie de películas del crossover, lo que ambas criaturas
tienen en común es que independiente del resultado de la épica confrontación,
nosotros los humanos estamos condenados a la destrucción, no por nada el
eslogan de la primera de la serie era: Gane quien gane nosotros perdemos.
Las elecciones presidenciales de
noviembre en Estados Unidos plantean un escenario similar para la humanidad en
general, y más específicamente para Latinoamérica y el Sur Global; de hecho, en
realidad históricamente cada elección estadounidense plantea esencialmente el
mismo escenario, razón por la cual Fidel interrogado alguna vez sobre las
expectativas de una de tantas elecciones que le toco ver, respondiera que le
resultaba indiferente cuál de los señoritos terminaría ganando por cuanto al
final nada cambiaría para la asediada isla de la libertad, el asunto es que en
esta oportunidad el resultado de las elecciones tiene unas implicaciones que
pueden resultar trascendentales para el futuro de la especie.
En esta analogía Trump se
presenta como el Predator, esta especie alienígena está obsesionada con su superioridad
sobre las demás formas de vida, la cual procura demostrar constantemente,
cazando y derrotando a los especímenes de otros planetas, la tierra incluida;
para ello se valen de su fuerza y todos sus avances tecnológicos que le otorgan
una ventaja decisiva para siempre luchar para ganar, y una vez conseguido su
objetivo tomarán como trofeo los cráneos y objetos representativos de la
especie derrotada, edificando un altar que consagran se superioridad absoluta;
otro elemento característico del depredador es que en el caso poco probable
pero posible de ser derrotado contra todo pronóstico, éste avergonzado y deshonrado
terminará destruyéndose y destruyendo todo alrededor. Trump es un sincero
creyente del destino manifiesto, está convencido de la superioridad de los
Estados Unidos, y de la necesidad de demostrarle al resto del mundo esta
superioridad, ante la cual todas las naciones del planeta deben someterse y
aceptar sin cuestionamientos; él se cree sinceramente el papel del líder del “mundo
libre”, porque únicamente el mundo que asume la superioridad estadounidense
puede considerarse libre, y es deber y obligación de esas naciones pagar
tributo y vasallaje por su “libertad”; todos los que no serán considerados enemigos,
desquiciados, anormales e inferiores, razón por la cual serán considerados
enemigos y producidos por la industria cultural como los malvados, amenazas
para todo la bondad que representan los Estados Unidos y sus vasallos; debido a
esto serán declarados como objetivos de cacería y ataque hasta su sometimiento
y rendición incondicional hasta volverse países “normales”, y en caso de no
conseguir la sumisión forzada, el destino será la destrucción y extinción de
los infieles a la raza superior.
Un triunfo de Trump significaría
en términos geopolíticos la continuidad de la política de confrontación estratégica
de grandes potencias, el rompimiento de todas las regulaciones de control
nuclear, el establecimiento de zonas de influencia para la conservación de la
Gran Área y la extensión del llamado siglo americano; todo ello derivará en el
aumento cada vez más peligroso y potencialmente explosivo de la política de
presión máxima contra los enemigos estratégicos como China, Rusia, Corea del
Norte e Irán, así como contra las ex colonias renuentes del patio trasero, el triángulo
del mal del Caribe, Cuba, Nicaragua y Venezuela, los hijos pródigos de la
doctrina Monroe que habrá que aleccionar. El convencimiento pleno del
Presidente Trump sobre la legitimidad de la Doctrina Monroe, hace que sea
inconcebible que existan pueblos al sur de Estados Unidos dispuestos a ser
libres y soberanos, naciones que se atreven a construir su propio sendero y
destino, la prepotencia del mandatario estadounidense actual resulta por todas
estas razones altamente insultante y hace que la resistencia resuelta, la unión
y la solidaridad sean los únicos caminos en esta confrontación directa, al
menos Trump le deja claro al mundo y a nosotros los latinoamericanos cuáles son
sus propósitos, deja claro que para él no existe otra opción que la
confrontación o el sometimiento, así mismo, sin filtros, sin medias tintas, sin
disimulo, sin la necesidad siquiera de justificarse o ampararse en un velo de legalidad
de un sistema de derecho internacional que ya viola sin remordimiento alguno;
es decir que la opción que Trump representa de cara a la elecciones en
dolorosamente sincera, e incluso descarada rayando en la desfachatez, pero ante
esa seria amenaza a nuestra existencia ¿cuál es la alternativa?.
La alternativa al Predator es el Xenomorfo,
más conocido como Alíen; esta especie alienígena en toda su historia cinematográfica
ha demostrado ser tanto o más letal que el depredador, pero su naturaleza es
aún más perversa, el Alíen no nos caza por un complejo megalómano de
superioridad o un retorcido sentido del honor guerrero; no, él nos busca porque
nos necesita para desarrollarse, nos usa como huéspedes para incubarse como un
parasito que consume todos los recursos del cuerpo humano, y de cualquier otro
organismo vivo, para alcanzar un estadio de fortaleza necesaria que le permita
salir del organismo destruyendo el cuerpo de la víctima en el camino; el asunto
es que mientras dure la incubación, la persona permanece viva, e incluso con la
ilusión de estar bien o recuperándose, conservando esperanza hasta el desenlace
fatal. En este ejercicio comparativo, se supone entonces que corresponde a
Biden el papel de Alíen, no obstante, en mi opinión no es más que el huésped,
eso sí, en este caso un huésped voluntario que se colocó el mismo el
atrapacara, el alienígena está realmente dentro de él, y probablemente se
revele como una Hidra de múltiples cabezas luego del triunfo electoral de noviembre;
el verdadero Alíen son el grupo de globalistas representados por las
multinacionales, corporaciones, multimillonarios y las elites que se asumen
como los dueños del mundo; ellos no tienen nacionalidad definida pero si
intereses muy claros, entre los cuales destaca la necesidad de mantener el
sistema mundo moderno colonial, capitalista, neoliberal y globalizado, para
ello necesita reproducir y estirar un modelo de producción que explota a la
inmensa mayoría de la humanidad y destruye la naturaleza.
Una victoria de Biden, puede que
resulte en un periodo inicial de distensión en el escenario internacional para
recuperar la falsa imagen del bueno del mundo tan maltratada por la gestión
Trump, generando esa sensación ilusoria de falsa esperanza de recuperación y “normalidad”;
después de todo, los globalistas necesitan de China, potencia industrial y
comercial imprescindible para el
funcionamiento de la globalización neoliberal, ello no quiere decir que Estados
Unidos dejará de considerar a los chinos como sus rivales estratégicos, o que
disminuirá su empeño de disuadir militarmente y controlar económicamente al
gigante asiático, pero seguramente disminuya la presión para evitar una guerra
que perjudicaría las ganancias de las grandes corporaciones globalistas y las
elites mundiales, por su parte la vieja Europa tal vez vuelva a ser tratada con
algo más de hipócrita respeto, y de nuevo sean llamados socios y aliados,
aunque no implique un cambio de fondo en la relación señor-vasallo que se estableció
definitivamente luego de la segunda guerra mundial.
Para nosotros los latinos es
probable que también ocurra cierta distensión, en el sentido de bajar la
conflictividad inmediata, pero que eso no lleve a nadie a pensar en celebrar;
si algo comparten los aspirantes a la Casa Blanca es el convencimiento de la
doctrina Monroe y la inclusión inobjetable de todo el continente dentro del
área de influencia directa y exclusiva de los Estados Unidos; en un artículo
anterior decía que el objetivo de Trump era consolidar a América Latina como
patio trasero, en tanto la expectativa con Biden es aún más oscura si cabe; me
refiero a la estrategia
Rumsfeld/Cebrowski, que propone la destrucción de derecho de los estados de la
cuenca del Caribe, y de una franja completa del globo, para convertirlos en
estados fallidos, sin capacidad real de funcionamiento institucional de
gestión, ni defensa de su soberanía, menos aún de la administración de sus
recursos y riquezas, las cuales quedarían a merced de las trasnacionales del
capital global, es decir que si la oferta de Trump para nosotros es la de
volver a ser patio trasero, la de Biden es convertirnos en terreno baldío. En
definitiva Biden procuraría en primera instancia restaurar la deteriorada
imagen internacional de Estados Unidos y convencer al mundo que lo peor ya pasó
con Trump, solo para tener tiempo de incubar en nuestras sociedades el germen
de su propia destrucción.
En un análisis del escenario
electoral de este año en Estados Unidos, realizado para para topcor.ru, el ruso
Sergey Marzhetsky resume su opinión de
la siguiente forma: “El 3 de noviembre, las próximas elecciones presidenciales
se celebrarán en los Estados Unidos, que decidirán el destino del mundo durante
muchos años. Si el "imperial" Donald Trump gana, continuará
construyendo un "imperio estadounidense para los estadounidenses". Si
los "globalistas" en la persona de Joe Biden se vengan, todo el poder
real sobre el planeta volverá a estar en manos de los propietarios de varias
docenas de corporaciones transnacionales, para las cuales no hay fronteras
nacionales, sino solo ganancias”, de esta forma resume la oferta electoral de
Estados Unidos para la humanidad en un momento históricamente trascendental
como este. En mi opinión, si bien debemos seguir atentamente el desarrollo de
las elecciones estadounidenses de este año, no tenemos por qué crearnos falsas
expectativas con los resultados, ni caer en la tentación de tomar partido por
Biden debido al rechazo que nos provoca el pedante y peligroso supremacismo de
Trump; para la humanidad, los pueblos del Sur Global y los latinoamericanos en
particular el único camino y la única opción es la soberanía y la
utodeterminación, la opción de construir nuestra propia realidad en esta
tierra, creando y reproduciendo las condiciones para la vida digna, de la
especie humana y en armonía con el medio natural; ni patio trasero, ni terreno
baldío, Patria Grande Nuestroamericana debe ser nuestro camino para que gane
quien gane en Estados Unidos, la victoria final sea nuestra.
Pltgo. Msc.
Docente e Investigador UBV-CEPEC.
Investigador Colaborador CIM.
Administrador del blog: https://tableroordenmundial.blogspot.com/
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