Brasil: entre el vasallaje sumiso del orden unipolar y la potencia emergente del sur en un mundo multipolar y pluricentrico. Prof. Oswaldo Espinoza.
Brasil: entre el vasallaje sumiso del
orden unipolar y la potencia emergente del sur en un mundo multipolar y
pluricentrico.
Prof. Oswaldo Espinoza.
Pltgo. Msc. Docente de estudios políticos.
Investigador CIM.
El gigante del sur se debate actualmente por
definir su identidad geopolítica; sin duda los resultados de las últimas
elecciones y el giro total a la extrema derecha reaccionaria del país amazónico
ha estremecido a la sociedad brasileña y detenido el curso de la política
nacional y exterior que habían colocado a Brasil en un lugar cada vez más
importante en el concierto internacional.
La imagen de potencia emergente conseguida
con su presencia en el BRICS y proyectada a las masas con las olimpiadas y el
mundial de fútbol estaba ubicando al país en un lugar largamente anhelado por
su estamento político, diplomático y militar, es decir, en el club de las
potencias del globo.
Los cambios políticos en esta gestión se
han caracterizado por el mencionado giro a la derecha aderezado con un fuerte
tono reaccionario y hasta fascista, amén de evidentemente racista, clasista y
xenófobo; en política exterior cambiaron las prioridades, el estilo y políticas
de Trump se asumieron como modelo, los Estados Unidos e Israel pasan a ser
aliados fundamentales al tiempo que se van enfriando la participación en el
BRICS y todos los mecanismos de integración regional, la relación con China,
vital para la economía brasileña parece estar en observación, como también se
marca un claro distanciamiento con Rusia.
El giro en política exterior apunta a un
rol de aliado regional de los estados unidos; el problema con esto es que
estados unidos no tiene aliados sino vasallos que deben seguir sus designios y
cumplir su voluntad, que en su mitología política es la mismísima voluntad de
la providencia. La relación de vasallaje se evidencia desde Temer con la fusión
(venta) de Embraer al gigante Boeing, la pretensión de ceder la base de cohetes
del norte de Brasil y una actitud injerencista y bélica contra el vecino país
bolivariano.
Pareciera que la decisión está tomada y
que Brasil se dirige inexorablemente hacia el rol de satrapa del imperio en su
patio trasero, pero aquí es necesario analizar la composición de las bases del
gobierno de Bolsonaro; si bien es cierto ganó las elecciones con un notable
respaldo popular, esa legitimidad se encuentra seriamente debilitada, hasta el
punto que los ciudadanos en las redes sociales, en medio de la crisis
geopolítica en medio oriente, le piden a Bolsonaro que por favor no se
pronuncie; al parecer las continuas humillaciones autoinflingidas frente a
Trump y las vergonzosas actitudes frente a los incendios amazónicos ya hacen
que el pueblo dude seriamente de su presidente; por otra parte está claro que
el grupo de los Chicago Boys se mantiene como el principal promotor y soporte
del gobierno en su camino hacia el norte, no obstante, la otra columna sobre la
que se soporta el gobierno la constituye la rama militar, en este punto es
necesario detenerse pues la doctrina militar nacionalista choca abiertamente
con la actitud sumisa y entreguista del presidente y sus Chicago Boys, la razón
en realidad es muy sencilla: Brasil nunca fue colonia, siempre fue imperio,
primero parte del imperio portugués y luego constituido como el imperio del
Brasil, por lo tanto la visión del estamento militar y el diplomático de amplia
tradición, es la de un Brasil grande y poderoso, autónomo y soberano, el gran
gigante del sur en definitiva.
El debate subyace en estos momentos en la
clase dirigente de Brasil, es cierto que aún no es tan evidente ni público pero
eso solo puede ser cuestión de tiempo, las fricciones ya se están produciendo
desde la propia gestión de Temer cuando el estamento militar exigió que la
división de aviones militares de Embraer no fuera incluida en la fusión con
Boeing, y esto no es cualquier cosa, el ala militar de Embraer produce aviones
ligeros de ataque a tierra (super tucanos), aviones de alerta temprana (radares
voladores) y aviones de transporte militar con calidad de exportación;
actualmente en apenas cien días los militares ya se han manifestado
públicamente en contra de la cesión de la base de cohetes de Alcantara, como
también ha sido pública y notoria su negativa a respaldar una aventura militar
contra Venezuela; de tal forma que es probable que en poco tiempo las fisuras
se vuelvan grietas. Hay que admitir que los militares brasileños no son
precisamente cercanos ideológicamente a Lula y sus ideas pero sospecho que en
el fondo reconocen que fue durante su gestión que Brasil se acercó más al
anhelado sueño de grandeza nacional; justo por esa razón creo que el mensaje de
Lula, durante la entrevista previa a su liberación, sobre la grandeza de su
país y el vasallaje vergonzonso al que la conducía Bolsonaro, más que al
pueblo, estaba dirigida a los militares, quienes siguen representado el factor
clave de poder en Brasil y América Latina.
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